Semana de los penitentes
Desde el próximo lunes, y hasta el Domingo de Resurrección, las calles de Palma se llenarán de las tradicionales procesiones
Xisca Figuerola. Palma¿Qué hacemos esta Semana Santa? Es una de las frases más repetida durante los días previos a esta festividad que conmemora la resurrección de Jesucristo. La mayoría optan por quedarse en casa descansando, haciendo ´panades´ y disfrutando de la familia y amigos, o por irse de viaje a desconectar de la rutina diaria. Para los peques de la casa son dos semanas de vacaciones escolares, y para los jóvenes muchas noches en las que salir de fiesta con los amigos. Sin embargo, para otros muchos esta festividad es una verdadera celebración religiosa, cargada de significados y simbolismos.
Desde el próximo lunes, y hasta el Domingo de Resurrección, las calles de Palma se llenarán de las tradicionales procesiones que cubren las noches de Ciutat con ese halo de misterio que encierra la Semana Santa. Numerosos penitentes, monaguillos, costaleros, de todas las edades, sexos y nacionalidades, salen a la calle para rendir culto.
Pero no siempre ha sido así. A.F., uno de los penitentes de la Cofradía el Silencio de Nuestra Señora de Montesión que lleva más de 25 años fiel a su cita con la Semana Santa, nos recuerda sus inicios. "En aquel entonces había pocas cofradías y muy pocos penitentes en cada una de ellas. Recuerdo mi primera procesión, era lunes santo y en mi cofradía solo éramos cuatro personas. Tuve que buscarme la vida y hacer muchos trámites para poder introducirme en este mundo".
Este hombre lleva desde los catorce años saliendo a todas las procesiones, y aunque admite que un principio le movió más la curiosidad que otra cosa, enseguida se enamoró de la tradición de la Semana Santa. "Soy uno de los que lleva la Cruz del Cristo Yaciente, junto con tres compañeros. Siempre somos los mismos, e incluso uno de ellos que lleva unos años viviendo en el extranjero, vuelve cada año para cargarse la cruz a los hombros", cuenta orgulloso. De hecho, tanta es su pasión que sus hijos se han visto contagiados y con menos de 11 años ya son monaguillos de la cofradía. "Evidentemente no tienen todavía una consciencia plena sobre todo lo que conlleva la Semana Santa, pero son perfectamente conscientes de que se trata de una celebración religiosa y no de una fiesta. Saben que no hay que correr, ni lanzar los confites como en una cabalgata. Ellos deciden cada año si quieren o no salir de procesiones, y por ahora les gusta mucho".
Otro de estos devotos precoces de la Semana Santa es Manolo Pérez, Teniente Hermano Mayor de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Nuestra Señora de la Paz ¬–una de las cofradías más jóvenes de Palma, con tan solo tres años de vida- y nazareno desde los 7 años. "Empecé por tradición familiar, pero con los años me he ido metiendo más en este mundo, hasta el punto de que no sabría vivir la Semana Santa de otra manera". De hecho, este año va a salir por primera vez como costalero. "En los últimos años resulta muy difícil encontrar gente que se quiera poner un paso a los hombros. Y es una lástima que se pierda la tradición y se les pongan ruedas".
Padre de dos hijos, sus retoños también se iniciaron pronto en las procesiones. "No tenían ni cuatro años y ya iban agarrados a mi sotana". Aunque reconoce que muchos de los niños que salen con sus padres "se pierden" unos años durante la adolescencia, pero siempre acaban volviendo. Y es que, aunque parezca lo contrario, la Semana Santa no entiende ni de sexo ni de edades.
Una muestra de ellos es Catalina Sampol que tiene 36 años y lleva ya siete saliendo a las procesiones como penitente. Precisamente ste año se estrena como Secretaria de la Cofradía del Santo Cristo de los Navegantes de Santa Catalina. En su caso, decidió entrar a formar parte de la cofradía cuando tenía 28 años por decisión propia y no familiar, como suele ser muy habitual. "Desde pequeña iba a ver todas las procesiones, y siempre me había llamado la atención. Un día se me ofreció la posibilidad de entrar en una Cofradía y la acepté sin pensar". Ahora, es ella la que ha conseguido "arrastrar" a diferentes miembros de su familia, que durante estos años han querido vivir la experiencia de formar parte de esta tradicional celebración de Pascua.
Los jóvenes y las mujeres son una parte importante de los nazarenos que salen en procesión, así como los niños, que se inician como escolanos y cuando se hacen mayores la mayoría se quedan en la Cofradía. "Últimamente se han iniciado muchos jóvenes. Es muy habitual ver penitentes de entre 20 y 30 años, así como mujeres. Incluso hay Cofradías en las que hay más mujeres que hombres", explica Cati, quien destaca la importancia que se les da a las féminas en la Cofradía del Santo Cristo de los Navegantes de Santa Catalina. "En las procesiones sacamos dos pasos, y uno de ellos solo lo llevan mujeres. El papel del hombre y de las mujeres es el mismo, sin desigualdades ni privilegios".
De hecho, A.F., de la Cofradía de Nuestra Señora de Montesión, recuerda la importancia que tuvo la entrada de las mujeres en las Cofradías y Hermandades. "En esos momentos la Semana Santa estaba de capa caída. Éramos pocos y no entraba mucha gente nueva. En los años ochenta se permitió a las mujeres formar parte activa de la las procesiones y eso revitalizó mucho la situación".
Pero no nos equivoquemos, las Cofradías y Hermandades, así como los miembros que las componen, son mucho más. No se trata de salir una semana de procesiones y hasta el año que viene. "Nosotros realzamos actividades todo el año. Tanto entre nosotros como con la gente del barrio, especialmente los niños. Es importante que exista una comunión entre la gente que forma las Cofradías, no solo a nivel religioso o espiritual, sino también a un nivel social", cuenta Cati Sampol. Manolo Pérez, de la Hermandad Castrense de Humildad y Paz también destaca la importancia de estas reuniones. "Nos gusta reunirnos, ya sea para hacer torradas, cenas… como para realizar actividades para la comunidad. Es una parte de las Cofradías y Hermandades que debería ser más conocida por la gente".
El momento se acerca, la Semana Santa ya está aquí, y las Cofradías y Hermandades se apresuran a retocar los últimos detalles. A.F. destaca las reuniones con los monaguillos, que suelen ser los miembros más pequeños, a los que se les explica, de una forma pedagógica, lo que tienen que hacer durante las procesiones, así como lo que no deben de hacer. Por su parte, Manolo Pérez resalta los momentos antes de salir. "Instantes de recogimiento y emoción". Finalmente Sampol recuerda los actos de bendición celebrados la semana pasada. "Cada miembro nuevo es bendecido, y se le impone la medalla de la Cofradía. Asimismo, también se bendicen las túnicas que se estrenan por primera vez en las procesiones. Y este año, además, hemos bendecido a la banda de música, que nos acompañará por primera vez".
Cada Cofradía y Hermandad es un mundo. Y cada nazareno tiene unos motivos particulares para salir en procesión. Pero todos comparten su manera de celebrar la Pascua. Por eso durante toda la semana que viene, estas personas saldrán a la calle para rememorar la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
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